Baldomera Larra, la hechicera que estafó a los ahorradores del Madrid decimonónico

Baldomera Larra, la hechicera que estafó a los ahorradores del Madrid decimonónico
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En el Madrid del siglo XIX una mujer sencilla consiguió engañar a miles de ahorradores. Se la considera la inventora del sistema piramidal de inversión que se conoce como sistema Ponzi y que ha sido replicado por grandes estafadores como Bernie Madoff internacionalmente. Se trataba de Baldomera Larra, hija de Mariano José de Larra, el famoso periodista y escritor romántico.

Es la historia de Baldomera Larra una historia fabulosa y triste, que merece una película. Empujada por la necesidad y agudizando su ingenio pasó a ser uno de los personajes más relevantes del siglo XIX en España, a pesar de las circunstancias adversas que sufrió.

Los orígenes de Baldomera Larra

Baldomera Larra Wetoret

Mariano José de Larra, el famosísimo periodista, escritor y político romántico afrancesado del siglo XIX contrajo matrimonio en 1829 con Josefa Wetoret Velasco. La vida de Mariano Larra y su obra se estudia en las clases de literatura española, dada su importancia en su época. Tuvieron tres hijos, Luís Mariano de Larra, que fue un destacado escritor, periodista, dramaturgo, poeta y libretista de zarzuelas, Adela Larra que fue amante de Amadeo I de Saboya (y fue condenada a año y medio de prisión por conato de estafa) y Baldomera Larra Wetoret, tan interesante o más que el resto de su familia.

Baldomera Larra nació en 1833 y quedó huérfana de padre a los cuatro años cuando su padre se suicidó en 1837. Podemos imaginar que no debió de tener una infancia y adolescencia fácil. Se casó con Carlos de Montemayor, que afrancesado, fue médico del rey Amadeo I de Saboya. No obstante, con la llegada de Alfonso XII, su marido huyó de España, dejando a Baldomera en una situación delicada con tres hijos y ningún medio para mantenerlos.

Tuvo que acudir prestamistas para sostenerse, y viendo el negocio que estos generaban, se dio cuenta de que la mejor opción para ella era abrir un negocio de este tipo. Aunque lo hizo al revés, fundó la Caja de Imposiciones, donde ofrecía un interés de un real por cada duro depositado, es decir, alrededor del 30%, mensual.

La hechicera de los ahorradores

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Si la película sobre Bernard Madoff se llamó “El mago de las mentiras”, Baldomera fue la hechicera de los ahorradores. Tuvo que mudarse a oficinas cada vez más grandes. Era conocida por sus sobrenombres "la patillas" (su hermana fue conocida como “la Dama de las Patillas”) o como la Madre de los pobres. Pequeños ahorradores hacían cola para entregarle sus ahorros, no sólo de Madrid, sino de los pueblos de los alrededores. Su fama fue internacional, Le Figaro en París y L’independenace Belgue en Bruselas se hicieron eco de su prodigioso negocio, en el que llegó a prometer duplicar una onza de oro al mes de recibirla. Este préstamo de una vecina, fue lo que despertó la fama de doña Baldomera.

A pesar de esto, es hasta factible que doña Baldomera no estuviera mintiendo. Le preguntaron por el mecanismo que le permitía ofrecer intereses tan altos, y su respuesta fue “es tan simple como el huevo de Colón”. También cuando se le preguntaba por las garantías, dijo “sólo una, el viaducto”, refiriéndose al viaducto de Segovia, en la madrileña calle Bailén. Llegó a tener en sus oficinas a cinco empleados: el secretario Saturnino Iuega, los escribientes Enciso, Rojas y Casanova y el recadero Nicanor.

Sus clientes fueron más de 5.000, se cree que unos 5.322 que depositaron 19.894,953 reales de vellón de la época, una cantidad fabulosa. Durante años su negocio marchó sin problemas, pero corrió un rumor sobre la solvencia. Se cuenta que un carbonero acudió a sus oficinas enfadado, y salió con el bolsillo nuevo y el ánimo tranquilo. No obstante ¿Qué sucedería si de repente todos los ahorradores aparecieran pidiéndole los réditos? Decidió actuar y huir del país.

Para no despertar sospechas de su huida a París se dejó ver en su palco privado de la Zarzuela, con su coche esperándole en la puerta. Pero ya no regresó a casa, entró en otro coche de caballos mientras esperaba el suyo y huyó con todo lo que había en la caja y dejó a más de 5.000 pequeños ahorradores en la estacada. El 4 de diciembre de 1876 las puertas de la Caja de Imposiciones no se abrieron, la turba enfurecida fue al teatro de su hermano, Luis Mariano Larra, donde estrenaba “La Africanita”.

El destino de Doña Baldomera

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Al contrario que Carlo Ponzi que estuvo unos años en prisión o Bernard Madoff, que falleció en la misma, Baldomera Larra fue más lista que sus sucesores, ya que huyó antes de que explotara todo con las ganancias. Estuvo dos años en Auteil, en las afueras de París, donde se hacía llamar “madame Varela”. A los dos años la identificaron y fue extraditada a Madrid, donde fue juzgada. Su sentencia apareció en primera plana en los periódicos El Imparcial y La Época en 1869.

De los más de 5.000 afectados, sólo se presentaron en la vista 55. El tribunal no aceptó que se había apropiado del dinero de los depositantes por la situación de penuria en la que se encontró tras ser abandonada por su marido. Baldomera Larra fue condenada a seis años de prisión, pero permanecería sólo un año entre rejas. El 1 de febrero de 1871, una sentencia del Tribunal Supremo absolvería tanto a Baldomera como a su colaborador Iruega.

El abogado de Saturnino Iruega, Felipe Aguilera, arguyó que la señora Larra no podía haber cometido delito alguno porque al estar casada y no tener el permiso de su marido, no tenia de la capacidad legal de contratar. Todas las operaciones ejecutadas eran nulas de pleno derecho. El machismo de la legislación de la época, impidió que doña Baldomera permaneciera en prisión. Como curiosidad, esta restricción de las mujeres casadas sometidas al marido. Es ta restricción no finalizaría en España hastala ley 14/1975 del dos de mayo que acabó la licencia marital en el tardofranquismo y se completaría en 1981 cuando la responsabilidad de los bienes de la sociedad conyugal pasaría a ser responsabilidad de ambos cónyuges y no sólo del marido.

Después de su paso por la cárcel, se pierde la pista de doña Baldomera Larra. Hay quien opina que pasó sus últimos días con su hermano Luis Mariano Larra (aunque su familia la repudió después de que huyera), hay quien dice que acabó en Cuba donde se reunió con su marido o que pasó sus últimos días en Buenos Aires donde falleció ya anciana.

Pregunta a los lectores ¿conocen más ejemplos de sistemas piramidales en España?

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