Los problemas económicos de nuestro país comenzaron principalmente con el estallido de la burbuja inmobiliaria. El precio de la vivienda subió durante años hasta límites insostenibles y cuando dicha burbuja explotó los precios comenzaron a caer estrepitosamente, hasta hoy.
Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios de la vivienda libre aumentaron en nuestro país un 0,7 % en el tercer trimestre del año, lo que representa el primer crecimiento trimestral desde el segundo trimestre de 2010. Por tanto, cabría preguntarse: ¿ha tocado por fin fondo el precio de la vivienda? En mi opinión, la respuesta es un no rotundo. No debemos olvidar que pese a este repunte, las operaciones de compraventas y las firmas de hipotecas siguen en mínimos históricos. El dato atípico conocido hoy es un espejismo, tal y como reflejan informes como el reciente de Standard & Poor´s, donde se señala que la vivienda continuará abaratándose en nuestro país como mínimo hasta 2016.
Son varios los factores que impiden que el precio de la vivienda haya tocado fondo. El principal, la situación laboral de los jóvenes. Con una tasa de desempleo juvenil por encima del 50 %, estos jóvenes, principal colectivo comprador de inmuebles, no pueden plantearse siquiera acceder al mercado inmobiliario. Mientras este problema no se solucione, la demanda de viviendas se mantendrá contenida.
Además, el difícil acceso a la financiación bancaria complica aún más el renacer del mercado inmobiliario. Sería ingenuo obviar que crédito y casas van de la mano, así que mientras que el grifo del crédito esté cerrado, el acceso a la vivienda es sencillamente imposible para el común de los mortales.
En esta coyuntura, tal y como ya hemos manifestado en otras ocasiones, la oferta y la demanda de viviendas viajan en líneas paralelas condenadas a no encontrarse en muchos años. El profundo debilitamiento del mercado laboral de nuestro país unido al limitado acceso a la financiación sólo puede traducirse en un descenso continuo del precio de los inmuebles durante varios años más.
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