En los últimos años se ha popularizado en España un movimiento favorable al cambio de hora en el país, argumentando que geográficamente nos encontramos en el meridiano de Greenwich y por tanto deberíamos tener la hora de Londres en vez de la de París. La propuesta ha llegado al debate político, y hace poco publicábamos en El Blog Salmón un artículo sobre el potencial efecto del cambio de huso en la productividad económica.
Parece una propuesta completamente razonable. La geografía no puede estar equivocada: estamos 'debajo' de Gran Bretaña y por tanto nuestra hora debería ser la misma que la suya. Entonces, ¿por qué vivimos una hora más tarde? según la leyenda urbana, Franco cambió la hora en 1942 para agradar a Hitler, siguiendo la política implementada por los ocupantes alemanes en Francia, Bélgica y Holanda (que también pasaron de la hora de Londres a la de Berlín). Pero si la nueva hora era una irracional imposición militar alemana, cabe preguntarse por qué todos estos países mantuvieron el cambio tras el final de la II Guerra Mundial. La leyenda termina de desmontarse una vez que descubrimos que la primera vez que se adelantó la hora en España fue en la zona republicana en 1938.
En realidad, hay una explicación racional a que España esté en el huso horario centroeuropeo en lugar del británico. Para entenderlo, una imagen (en este caso, dos) vale más que mil palabras: