El BCE por fin aborda abiertamente el tema del cripto-euro, y Lagarde habla de él muy en positivo... Pero hay un tema sistémico que no citó

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A pesar del misterioso lanzamiento en primicia de Bitcoin desde la penumbra por parte del enigmático Satoshi Nakamoto, lo cierto es que en el mundo de las cripto-monedas hay tanto sombras como luces. Ni todo es el dorado de libertad financiera que algunos nos querían vender para beneficio de sus propias cripto-carteras, ni todo son las tenebrosas oscuridades que el amenazado mundo financiero a veces nos trataba de hacer conjeturar.

La realidad es que la cripto-economía, y en especial Blockchain, vinieron para quedarse. Y como buena muestra de ello, el cripto-mercado va dando pasos en funcionalidad, adopción, y… también en regulación, y en que veamos finalmente llegar cripto-monedas oficiales por parte de los principales bancos centrales del mundo. El cripto-euro fue hace unas semanas el último en dar noticias, y Lagarde ya habla de él muy en positivo, lo cual es una clara y esperanzadora señal (sólo si las cosas se implementan realmente bien).

Cripto-euro y sus cripto-hermanas, lo cierto es que la tecnología y el mercado están ahí desde hace tiempo, pero tal vez ahora sea ya el momento oportuno

El Bce Por Fin Aborda Abiertamente El Tema Del Cripto Euro Y Lagarde Habla De El Muy En Positivo Pero Hay Un Tema Sistemico Que No Cito 2

La regulación de las cripto-monedas la hemos mantenido desde estas líneas siempre “en el candelero”, y no sólo porque la falta de su regulación por parte de los bancos centrales llamaba poderosamente la atención (aunque tenía toda su lógica regulatoria). Pero aquí les analizamos reiteradamente algunos aspectos del cripto-mercado también porque, tal y como estaba estructurado el cripto-sistema por entonces y su interfase con el mundo de la fiscalidad (sin entrar en esa cripto-burbuja ante la cual les advertimos), lo cierto es que las cripto-monedas suponían literalmente el agujero (negro) fiscal del siglo. Que conste que esto lo afirmamos sin poner en duda que Bitcoin&cía podían y pueden de verdad acabar trayendo esa libertad financiera tan enarbolada, pero aparte de analizar las potenciales ventajas de todo avance tecnológico y financiero, igualmente hay que analizar sus riesgos, sobre todo cuando ya son más reales que potenciales.

Y por cierto, que aparte de ventajas y riesgos, ya saben nuestros lectores que además, como con todo activo financiero, aquí también consideramos a Bitcoin un termómetro socioeconómico. No lo afirmamos sólo por ser un activo que puede preciarse y depreciarse en base a la salud financiera de los que invierten en él (lo cual es totalmente indicado), sino también porque los grandes movimientos de capitales del cripto-sistema son muy indicativos (y hasta reveladores) de múltiples derivadas socioeconómicas. A veces parte de esas derivadas son hasta de carácter sistémico y político, o tal vez evidencian maniobras de esa guerra ciber-social tan real como se ha demostrado fehacientemente con impactantes testimonios de insiders. Pero como parte de esas derivadas socioeconómicas y políticas que los movimientos del cripto-sistema pueden llegar a tener, me permito recordarles cómo en el análisis de “Bitcoin: vuelven los máximos pre-pinchazo de la burbuja en tan sólo unos días de violento rebote, ¿Qué puede estar pasando?" ya les dijimos que uno de los escenarios que explicarían la explosiva revalorización de Bitcoin podría ser porque alguien lo estuviese utilizando masivamente como activo refugio, ante lo que podría saber que nos iba a sobrevenir en breve.

En este otro análisis, que anticipaba lo que nos podía estar aguardando ya en concreto para enero de 2021, ya les expusimos explícitamente nuestra (algo premonitoria) visión de que “Enero y Febrero de 2021, que pueden ser potencialmente meses realmente terribles por diversos motivos. Les recuerdo que el 1 de Enero se ejecuta finalmente el Brexit con un potencial caos en Europa, que el 20 de Enero debería realizarse el traspaso de poder presidencial con potencial caos en EEUU, y que incluso tampoco se puede descartar que en Febrero pueda "aparecer” una nueva cepa o mutación de COVID que nos devolvería otra vez a la casilla de salida de la pandemia. Desde luego, si alguien hubiese diseñado un plan para destruir Occidente, la ejecución no podría estar siendo más efectiva”. Ni falta hace que les informe sobre el reciente asalto al Capitolio de EEUU por una turbamulta pro-Trump, pero sí que les recordaré cómo ya en Octubre les analizamos que esta suerte de "Maidán a la estadounidense" ya estaba siendo cocinada, y que Trump ya llevaba un tiempo recortando las inversiones en la estructura que soporta el voto por correo en EEUU, para a continuación él mismo quejarse incongruente y reveladoramente de un (por entonces) futuro fraude por correo todavía sin siquiera haberse materializado. Casualmente, luego el voto por correo ha estado en el epicentro de sus conjeturas sobre el fraude electoral, con el que él ha especulado (casi) en solitario que le han robado las elecciones.

Si bien hay que reconocer la imposibilidad adivinatoria de predecir absolutamente con total exactitud todo ello en tiempo y forma, lo cierto es que, con mayor o menor suerte en intensidad para el lado oscuro del tablero global, los tres eventos han sobrevenido con diferentes dosis de convulsión para Occidente. Hay que matizar, no obstante, que el potencial caos del Brexit en Europa no ha sido todo lo que podía haber llegado a ser, especialmente tras cuatro años de continuas “patadas para adelante” que les han permitido a los británicos ir ganando tiempo para preparase, y también merced a la negociación final y al pacto in-extremis que alcanzaron personalmente en el último momento los máximos responsables de la Unión Europea y del Reino Unido. No obstante, ello no implica ni mucho menos que el Brexit vaya a ser un éxito de crecimiento para UK, sino más bien al contrario: de hecho, ya está teniendo a día de hoy muchos y muy lesivos efectos económicos, y como bien también afirmaba por ello el propio Financial Times, lo peor estará en el medio y largo plazo.

Además, en todo caso, que el Brexit no haya sido todo lo que podría haber sido por todo lo anterior, en especial por esas impredecibles e in-extremis negociaciones literalmente del último momento, ello no implica en absoluto que, a ojos de la propaganda y los intereses hostiles que hay tras ella, aunque como decía el Brexit no les haya acabado saliendo todo lo convulso que esperaban, a pesar de ello esa conjunción del Brexit en su momento hacía que enero de 2021 fuese la fecha oportuna para maximizar las posibilidades de caos generalizado en Occidente. No obstante, al igual que el artículo del FT enlazado antes, ya saben que desde aquí también siempre les hemos expuesto desde hace años que, una vez soslayadas las consecuencias del caos fronterizo que han evitado los continuos aplazamientos del Brexit, los peores efectos del Brexit vendrán en el medio y (sobre todo) en el largo plazo, con un altamente probable decrecimiento socioeconómico de Gran Bretaña. Pero incluso a pesar de ese horizonte temporal de largo plazo, allí les han dado a corto plazo “sopas con honda”, y se han visto abocados a ir despedazando el Imperio Británico por partes, por ejemplo con una Irlanda del Norte y un Gibraltar cuyas fronteras exteriores serán pertenecientes a la Unión Europea, y que a su vez tendrán una frontera interior con sus conciudadanos del resto del Reino Unido.

¿Recuerdan cómo les analizamos que el Brexit podía ser para el imperio británico como el 98 para el imperio español? Pues dicho y hecho. A eso es a lo que estamos asistiendo con un Brexit desastroso ya para la integridad y la soberanía nacional británica, y que va a ser todavía más desastroso para su economía en los trimestres y años venideros. Y eso muy probablemente es lo que va a sobrevenirles a los británicos, a pesar de la oportuna dosis de propaganda del propio Johnson a la firma del auto-destructivo acuerdo final del Brexit, cuando dijo literalmente que aquello era “el comienzo”. Lo que se le debió olvidar decir exacta y verdaderamente el comienzo de qué: hasta su propio padre ha optado por escapar de las islas británicas y su infatuo destino. Y disculpen que en un artículo sobre el cripto-euro les dedique algún párrafo a aclarar algunos puntos sobre el desarrollo final del Brexit, pero es que ha surgido el tema, y además lo considero importante dentro del conjunto de la realidad que nos rodea y que estaba por venir, y de la cual el cripto-mercado ha sido un fiel termómetro anticipatorio con su explosiva e indicativa subida en calidad de activo refugio.

¿Pero qué aportaría el cripto-euro?, y ¿Tiene opciones de consolidarse en el cripto-mercado y pasar a ser una divisa de referencia virtual como ya lo es en el mundo real?

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Pero dejando a un lado esa conjunción de esos factores globales geoestratégicos y cómo han podido catalizar la brutal subida del cripto-mercado, volvamos a las cripto-monedas, y en concreto al cripto-euro. Las stablecoins basadas en Euros no han tirado nada en el mercado, a pesar de que ha habido alguna iniciativa al respecto, pero ello acaba abriendo a la vez una ventana de incertidumbre como un hueco de mercado a cubrir por un cripto-euro oficial, que contaría con todas las garantías y con el respaldo del propio BCE. Efectivamente, cabe la posibilidad de que el respaldo del banco central acabe por imprimirle el impulso que le faltaba a un euro digital y a todo el ecosistema que surgiría a su alrededor, para beneficio principalmente de los ciudadanos europeos. Los ciudadanos de otros países, lamentablemente, no podrán disfrutar plenamente de las nuevas funcionalidades y su adecuación a los valores europeos que traerá el cripto-euro, y menos podrán obtener esto mismo de sus propias cripto-monedas nacionales, que. A buen seguro que otras cripto-monedas oficiales estarán diseñadas para promulgar e implementar financieramente las máximas que prevalecen en determinados regímenes, sin más libertad que la de votar a los de siempre (y eso en el mejor de los casos de que siquiera les dejen votar).

Pero la noticia que en su día ya empezó a hacer concebir el artículo de hoy, es que hace ya unos meses que Lagarde, la presidenta del mismísimo Banco Central Europeo, sorprendió a extraños y tal vez propios con las primeras declaraciones oficiales en las que la institución hablaba abiertamente y muy en positivo del cripto-euro, abriendo todo el abanico de posibilidades al respecto (tienen aquí el comunicado oficial del banco). Independientemente de las grandes ventajas que traería el cripto-euro (también con algún riesgo) y que ya analizaran en Xataka con otro enfoque distinto al nuestro de hoy, la verdadera noticia es que ésta es la primera vez que esto ocurre en las declaraciones oficiales del famoso banco central con sede en Frankfurt. Y además lo es también por la determinación y la claridad con la que un banquero central expone ciertos puntos y visiones de la que sería la nueva cripto-moneda oficial de todos los europeos.

Es cierto no obstante que Lagarde ni ha afirmado ni ha contradicho que vaya a haber o no un cripto-euro, y lo que ha hecho es dejar patente que las opciones a que lo haya están totalmente abiertas, reconociendo que el Eurosistema aún no ha tomado ninguna decisión definitiva sobre la introducción final de la cripto-divisa europea. Pero Lagarde sí que reconoce que el BCE está explorando sus beneficios, sus riesgos, y sus retos operacionales en caso de decidir finalmente introducir la nueva cripto-moneda de curso legal y supranacional. Además también reconoció que la pandemia no ha hecho sino acelerar la tendencia a la digitalización en general, y se sobre-entiende que del dinero en particular. Y es que, aunque sea ya como dinero electrónico, hoy por hoy mismo todas las tarjetas visas están que echan humo desde el inicio de la pandemia, y ahora incluso son usadas habitualmente también para los pagos de los importes más pequeños. Desde estas líneas ya hemos expuesto recurrentemente las incontables ventajas de las cripto-monedas, al igual que les hemos hablado de algunos de sus grandes riesgos (por no repetirnos, les remito al enlace siguiente sobre la cripto-corona y al anterior de Xataka): ambos grupos de consecuencias aplican igual y mayormente a una cripto-moneda oficial europea como sería el cripto-euro.

Pero entre lo más relevante socioeconómicamente del futuro cripto-euro, como ya les introdujimos brevemente en el análisis “Suecia se adelanta al BCE en Europa y anuncia un piloto de su propia cripto-moneda nacional: la e-Corona”, es que, con las cripto-monedas nacionales o de cada superpotencia, se abrirá una nueva brecha socioeconómica con abismos abiertos por lo que serán una nueva forma de fronteras financieras, y más concretamente cripto-monetarias. Una cripto-moneda al fin y al cabo tan sólo es un software, y por tanto su funcionalidad y la de sus tokens y de su cadena de bloques admiten un gran grado de definición, según sean los requisitos tenidos en cuenta en el diseño de la correspondiente cripto-divisa. Y es en esos requisitos donde se erigirá un nuevo abismo digital y financiero entre cripto-monedas como el cripto-Euro, y que tendrán en su ADN (digo, en sus bits) los valores más intrínsecamente europeos, y otras de otro tipo de regímenes, que a buen seguro sólo serán un tentáculo más de modelos de estado represivos, que se caracterizan por la más flagrante falta de derechos humanos y de las libertades individuales más básicas.

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Así que sí, no sólo puede que el cripto-euro tenga hueco de mercado y pueda llegar a traer innovación financiera a todos los europeos, sino que además será algo que nos permita vivir en un mundo financiero fiel a los valores más intrínsecamente europeos, y nos protegerá a nosotros y a nuestros derechos y libertades de todo lo que harán en otros estados, auspiciados por capacidad de intrusión financiera de sus nuevas cripto-monedas oficiales. Bienvenido sea el cripto-euro pues, y tan sólo preocupémonos por que su diseño esté a la altura de los ciudadanos europeos y de nuestros regímenes de libertades. Nunca la Valkiria europea tuvo un escudo socioeconómico más efectivo contra la represión y la dictadura financiera que llegarán indudablemente a otros regímenes con sus cripto-monedas. Porque una cripto-moneda puede ser (casi) un dorado real de libertad financiera (como esperemos que sea en buena medida el cripto-euro), o un auténtico infierno donde cada token esté monitorizado, y no puedas comprarte ni una piruleta sin ser fiscalizado ni hiper-controlado por los siempre siniestros servicios secretos represivos, que a saber para qué se les ocurrirá utilizar esa dosis de poder financiero casi ilimitado sobre sus sufridos conciudadanos. Seguro que sólo lo acabarán usando para enviarles a casa algodones de azúcar e invitaciones a inocentes festivales circenses, que ya saben ustedes con qué cariño se las gastan en esos países. La represión y la persecución financiera (pero la represión financiera de verdad) será así, y nuestro cripto-euro será el mejor salvavidas frente a ella.

Imágenes | Pixabay thedigitalartist | Pixabay worldspectrum | Pixabay michaelm | Pixabay qimono

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